Rebelión sofocada

|







Como bien es sabido desde nuestro reino no solo en la Península y las islas adyacentes, sino también allende el óceano en los Reinos de Indias se ha venido viviendo una serie de reformas por parte de la administración. Esta serie de reformas son necesarias para lograr la prosperidad y la estabilidad no solo de la corona sino de los súbditos en su conjunto. Sin embargo parece ser que no ha sido de buen recibo por parte de algunos sectores tradicionalmente tendentes al desorden , el caos y la holgazanería. Es menester no olvidar las últimas protestas acaecidas en Paraguay (1723), Caracas (1749) y la última acaecida en Lima contra el regente visitado (1777) 

El levantamiento se originó a causa de las reformas fiscales instituidas por el visitador José Antonio de Areche, como el establecimiento del pago de aduanas y el alza de las alcabalas (impuestos). Al ver esto, el cacique José Gabriel Condorcanqui reclamó ante las autoridades coloniales en Tinta, Cusco y Lima, pero no obtuvo respuesta.

Esto desencadenó la primera fase de la rebelión con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos. La rebelión se extendió rápidamente.

Entre los pedidos de Túpac Amaru estaba la abolición del sistema de reparto, de la alcabala, la aduana y la mita de Potosí.

El 4 de noviembre de 1780, Túpac Amaru apresó al corregidor Antonio de Arriaga y lo obligó a entregarle dinero, armas y animales. Seis días después de su captura lo mandó a ejecutar públicamente.

Esta noticia llegó al Cusco, lo que hizo que el corregidor de esa ciudad organice una defensa e informara a Lima de la situación. El movimiento siguió creciendo, y las filas de ambos bandos se engrosaron.

El 18 de noviembre de 1780 se enfrentaron en Sangarará (Cusco), donde triunfaron los rebeldes. Pese a ello y luego de varias luchas, las tropas represoras enviadas desde Lima por el virrey Jáuregui derrotaron y capturaron a Túpac Amaru II el 5 de abril de 1781, condenándolo a muerte.

El 18 de mayo intentaron descuartizarlo vivo en medio de la plaza del Cusco pero no pudieron; por ello, lo decapitaron poniendo fin a su vida y a la rebelión indígena. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.