El chamán promete la sanación y curación de enfermedades a través del éxtasis perturbando la conciencia y el espíritu del prosélito a quien se le induce en un trance profundo a través de pócimas . Mientras los médium usan su cuerpo como canal, el chamán viaja él mismo hacia los espíritus transformando el espacio y el tiempo. Promete satisfacer necesidades múltiples de su comunidad como la curación, que realiza con un sacrificio, la predición del futuro o la guía de almas. El chamán puede acompañar el alma que se encarna en un bebé recién nacido, o viceversa, el alma que sale del que acaba de morir.
El chamán desafía las leyes de la naturaleza porque domina las técnicas del éxtasis porque abandona con seguridad su cuerpo y se desplaza a largas distancias, puede penetrar en el submundo y subir al cielo. Uno de los rituales esenciales es el vuelo chamánico, condición indispensable para iniciarse. En ocasiones se le han asociado muertes de niños que emplean para sus rituales chupando su sangre pues prometen así curar al enfermo , lo que en muchas ocasiones desemboca en fatalidad. De esta forma se les asocia pócimas, infanticidios y canibalismo para sus fines.
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